viernes, 2 de enero de 2009

De Fiestas Navideñas.

Festejamos la Navidad, sin olvidar a Quién se festeja realmente. El nacimiento de Cristo en este plano y el más importante, dentro de nuestros corazones, dónde ha estado siempre pero sin que Lo reconozcamos.

Desafortunadamente, la fiesta se ha vuelto profana, la familia se reune con el objetivo de los regalos y la fiesta con borrachera y todo, sin recordar a Aquel que vino hace dos mil años a enseñarnos el camino del amor por medio de su resurrección...

En nuestras religiones cristianas nos hemos detenido casi siempre en la crucifixión, olvidándonos asi de lo más importante que es, precisamente, la resurrección pues sin ella "vana sería nuestra fé" dijo Pablo de Tarso. No hemos sido capaces de trascender el dolor de la crucifixión, nos regodeamos en él y creemos que ahi termina ese drama cruento de la muerte del Hijo de Dios pero si nos quedamos en ese punto nos estamos quedando en la muerte olvidando la inmortalidad, la Verdad que vino a enseñarnos: que la muerte no existe, que El la venció y, por lo tanto nosotros también la venceremos, que somos inmortales...

En estas fiestas en casa no hubo alcohol, hubo amor, compañía y felicidad.

¡Feliz Navidad!

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