miércoles, 15 de octubre de 2008

De Trascendencia

Hoy sería el cumpleaños de mi padre y por eso recordé el día de su muerte, su tránsito de este plano a otro; siguiendo las tradiciones del catolicismo busqué a un sacerdote que le dijera una Misa de cuerpo presente antes de su cremación. El sacerdote que encontré fué un jesuíta llamado Julián Vega y, lo que quiero comentar en este espacio fué lo que él dijo acerca del paso de un mundo al otro.

Sus palabras fueron más o menos éstas: Juan ha nacido a otro espacio, imaginemos lo que el recién nacido experimenta al llegar a este mundo; viene de un espacio constreñido aunque cálido y amable, a otro infinitamente más grande y lleno de imágenes, olores, texturas y sonidos, la diferencia es enorme. Ahora pensemos en que al morir, nacemos en otro plano, de este pequeño y apretado mundo al sin fin del Ser, donde solo hay paz y armonía, y un infinito Amor todo abarcante. La mente no puede aprehender ese espacio, nuestra imaginación se queda muda ante esa majestad y ahora sabemos que podemos probar esa infinitud por medio del Silencio, estando Aqui y Ahora.

Existen muchos caminos y seguramente encontraremos el que sea para nosotros. Los vamos a ir explorando uno por uno, calmadamente hasta que sintamos cual es el nuestro.

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