viernes, 26 de junio de 2009

De pérdidas...

Las semanas pasadas han sido testigos de las muertes de varios artistas, primero David Carradine, en circunstancias extrañas, luego, en México, Manuel Saval a los 53 años, de cáncer. Ayer Farrah Fawcett que tampoco pudo vencer a esa manifestación del resentimiento y ese mismo día, por la tarde, Michael Jackson de, aparentemente, un paro cardio-respiratorio.

Es ley de vida que muramos, es lo único seguro que tenemos, pero no nos acostumbramos y nos impacta que esos a quienes vemos como si fueran amigos por la cercanía que produce el cine y la televisión desaparezcan.

Me acuerdo de David Carradine en el "Pequeño Saltamontes" y después en tantas películas de diversos cortes, de Kung Fu, de policías y ladrones y hasta de amor. A Farrah no podemos olvidarla en "Los Angeles de Charlie" y como esposa de Lee Majors, "El Hombre Nuclear" además de haber marcado una época en los peinados y la ropa de los 70s.

Manuel Saval, actor de teatro y televisión principalmente, tenía ya un tiempo luchando contra la enfermedad hasta que ésta lo venció. Y la sorpresa de la muerte de Michael Jackson; estaba viendo la televisión cuando llegó mi nieta Danny a darme la noticia y, qué curioso, a pesar de que no puedo decir que tuviera precisamente un gusto por él o por su música, me movió.

Dicen que cuando pasas de los 60 te empiezan a impactar más las muertes, sean de quien sean, pues te sientes más cerca de esa orilla, creo que tienen razón y aunque yo he perdido ya a mis padres - cosa obvia- también he tenido que enfrentarme a la falta dolorosa de varios de mis mejores amigos, gente de mi edad e inclusive, menores que yo, que te recuerdan tu propia mortalidad física. Sabemos que somos seres inmortales pero la falta de conciencia no nos permite percatarnos con claridad de esa verdad y nos olvidamos de ella por la identificación con el cuerpo.
En fin, Vida y Muerte, ese es el juego...

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